El ayuntamiento sigue recibiendo premios por aquí y acuyá por múltiples y diversos motivos. El último por la gestión sostenible del servicio de autobuses urbanos. No sería mayor noticia si no fuera porque como muchos otros servicios, una empresa foránea ajena al municipio, se hizo cargo del servicio después de que otra empresa extranjera lo dejara bajo mínimos y renunciara a seguir con la explotación. Bueno, decir explotación sería decir mucho ya que en todo caso sería la gestión, puesto que estas empresas se comportan como eso, es decir, como meras gestorías que reciben un montón de pasta para todo funcione aunque luego deleguen en la propia gente que cubre toda la gestión. Es decir, sólo organizan lo que ya existe puesto que toda la infraestructura la aporta el propio ayuntamiento: autobuses, aparcamientos, mobiliario urbano, etc. Con el dinero que pone encima de la mesa más el aportado por la venta de los billetes de transporte, aunque sea un servicio deficitario ( y así se supone que debe ser para que al ciudadano no le cueste en exceso) la gestoría paga sueldos, contrata limpieza y mantenimiento. Entonces ¿por qué no lo hace directamente el ayuntamiento creando una empresa paramunicipal que distribuya el dinero igual que si fuese una de la existentes ahora y que no están vinculadas al municipio? Pues ese es el gran misterio de todas estas empresas externas que gestionan servicios locales con dinero municipal. Parece como que el ayuntamiento está interesado en regalar dinero a los de fuera en lugar de distribuirlo entre los de casa. Son muy bilbaínos sólo para lo que les interesa, pero en ciertos casos, y vaya usted a saber por qué, prefieren que la riqueza propia se vaya fuera del municipio sin apenas causar molestias a aquellos que la gestionan. Es un dinero fácil de gestionar porque toda la infraestructura ya está montada, y además es municipal.
Es curioso el premio éste porque vienen a concedérselo justo después de haber pasado una época cochambrosa en la gestión que hizo Veolia de este servicio, un momento en el cual nadie se acercó por aquí a ver en qué estado estaban los autobuses, porque si lo hubiera hecho le habrían dado el premio a la cutrez. Curiosamente el ayuntamiento tiene un sexto sentido para evitar las menciones por conceder servicios a la baja temeraria para luego ser una chapuza y estar en boca de todos. Esas citaciones, a cualquier nivel (europeo o local) las esquiva muy bien, y por el contrario el oportunismo para exportar imagen positiva después de haber hecho alguna chapuza indecente, ese sí que lo saben gestionar bien. A lo que habría que darles un premio es a la gestión de la buena imagen municipal. Eso sí que saben hacerlo bien, pero eso no es un servicio público, eso es simple y llanamente "marketing", y eso al ciudadano de a pie, o mejor dicho de autobús, poco le importa. Lo que le importa es que los vehículos estén limpios, la frecuencia sea acorde con la demanda o las necesidades y todo aquello que le ofrece comodidad y es práctico. El resto, se lo puede quedar el ayuntamiento.