jueves, 20 de diciembre de 2007

El otro timo de la estampita.

No es un timo en realidad sino una nueva forma de llamar la atención del consumidor para que asista a ciertas presentaciones que en el caso de Bilbao, suelen hacerse en uno de los hoteles de esta ahora turística ciudad. Hasta la fecha habían enviado comunicados, por decirlo de alguna manera, estándar, mientras que la nueva metodología es mucho más sofistica porque ataca directamente a la psique del individuo mediante tretas muy rebuscadas.

Ya no son citaciones en papel bonito, aunque siempre algo hortera, sino a través de los boletos de alguna agencia de paquetería y transporte, al que ahora llaman logística. Estos boletos son muy llamativos porque así los hacen, para llamar poderosamente la atención del que los recibe. La cosa no va a mayores cuando es cierto que se ha pedido algo y se está ansioso por recibirlo, puesto que para ello se usan estas agencias, pero los pseudo timadores de las convocatorias mencionadas, aprovechan estas artes propias de los transportistas, para llamar la atención sobre los regalos que supuestamente han de recoger los agraciados que reciben el luminoso boleto.

Aprovechan cualquier resquicio para timarnos, apoderándose incluso del trabajo de otros, porque al fin y al cabo, las agencias de distribución diseñan estos boletos con otros fines bien concretos, como es llamar la atención del que recibe un paquete u objeto solicitado voluntariamente a través de su empresa. De esa labor se aprovechan estos otros elementos cuyo objetivo final es que algún cuitado caiga e sus redes y acuda a alguna de estas reuniones donde le intentarán venderán algún apartamento en la costa mediterránea, aunque no le haga ninguna falta. Pero en el caso que nos ocupa parece que la propia empresa de logística ha colaborado porque la trasera del boleto está diseñada para crear confusión al convocado, toda vez que la letra es pequeña, muy clara y apenas visible contra el fondo blanco, de tal forma que es prácticamente imposible leerla sin ayuda, y es precisamente donde se detallan los requisitos para recoger el preciado regalo. Toda una lección de astucia de lo que habitualmente se denomina “leer la letra pequeña”. En este caso, además de pequeña prácticamente ilegible.

En Bilbao desde hace mucho tiempo se convocan estas reuniones, que no son sino métodos yanquis para atraer a los posibles compradores. Se nota que hay dinero en esta ciudad, pero es curioso porque saben a quién le envían estas citas, siendo siempre gente con cierto poder adquisitivo, y casi siempre que trabajan ambos miembros de la pareja a la que se convoca. Por curiosidad le pregunto a mi vecina de 75 años, con una hija en el paro, a ver si a ella le mandan estas citaciones, pero jamás se las han enviado. Muy hábiles sí señor, muy hábiles.

En cierta ocasión, a un conocido y su señora le convocaron para una de estas reuniones y no fue. Al cabo de varias semanas le enviaron otra nota diciéndole que habían observado su ausencia, como echándoselo en cara, y que tenía una nueva oportunidad en otra reunión próxima. O sea, que además pasan lista y si no vas, te echan la bronca. Joder, como se está poniendo la venta esta de los chalecitos en la costa mediterránea.

Hace algunos años, otro conocido, muy agarrado él por cierto, asistió a una de estas presentaciones aguantado estoicamente la chapa que le dieron, y además haciendo caso omiso de cuantas ofertas le hicieron. Cuando fue a recoger su regalo le dijeron que no había aceptado ninguna oferta y que por tanto no tenía derecho al regalo. El susodicho alegaba una y otra vez que en el papel ponía que se le haría el obsequio a quien asistiera a la reunión, sin especificar que hubiera que comprar algo, pero ni por esas lo consiguió, así que tal como llegó se fue, es decir, sin nada. De lo malo malo, tampoco se endeudó aceptando alguna oferta que luego no hubiera podido saldar o pagando por algo que no necesitaba.

Lo más curioso de todo esto es que esta actividad es supuestamente legal puesto que nadie le ha metido mano a este tipo de personas que de forma demostradamente agresiva, incitan una y otra vez a que se asista a sus verborreas mercantiles, que no buscan más que su propio enriquecimiento, sin importarles un pimiento si puedes o no asumir el gasto que te proponen, o si te hace falta o no su oferta.

Lo mejor que se puede hacer con estos bonitos volantes que nos envían es romperlo, (como aparece en la imagen de esta entrada) tal y como hacemos muchos cuando vemos la falsa oferta y los trucos barriobajeros en los que se apoya, pero hay que reconocer que si alguien cae en la tentación, estaría plenamente justificado porque el timo está muy bien hecho precisamente para eso, para caer en la trampa.